Verbos Reflexivos
Los verbos reflexivos son verbos transitivos cuya acción cae sobre la misma persona que la realiza.
Clasificación de Verbos Reflexivos
1) Algunos verbos reflexivos que muestran las acciones que la persona hace sobre sí misma, son por ejemplo:- acostarse
- bañarse
- cepillarse
- ducharse
- estirarse
- lavarse
- levantarse
- llamarse
- maquillarse
- mirarse
- peinarse
- ponerse (la ropa)
- quitarse (la ropa)
- rasgarse
- secarse
- sentarse
- vestirse
2) Algunos verbos reflexivos que muestran las acciones recíprocas (mutuas), de una persona a otra, son por ejemplo:
- amarse
- conocerse
- pelearse
- caerse
- confundirse
- olvidarse
- perderse
- romperse
- acercarse (a)
- alejarse (de)
- bajarse (de)
- callarse
- cansarse
- curarse
- despertarse
- dormirse
- enfermarse
- envejecerse
- mojarse
- moverse
- mudarse (de casa)
- subirse (a)
- 5) Algunos verbos reflexivos que muestran un cambio de percepción, son por ejemplo:
- :acordarse (de)
- acostumbrarse (a)
- asegurarse (de)
- darse cuenta (de)
- enterarse (de)
- interesarse (por)
- fijarse (en)
- olvidarse (de)
- casarse (con)
- divorciarse (de)
- empobrecerse
- enriquecerse
- graduarse (de)
- 7) Algunos verbos reflexivos que muestran un cambio en el estado emocional, son por ejemplo:
- acordarse (de)
- aburrirse
- alegrarse (de)
- asustarse
- avergonzarse
- calmarse
- cansarse (de)
- divertirse
- enamorarse (de)
- enfurecerse
- enloquecerse
- enojarse
- enorgullecerse
- entristecerse
- fiarse (en)
- preocuparse (de)
- sentirse + adj (de)
- tranquilizarse
- despedir vs despedirse
- dirigir vs dirigirse (a)
- encontrar vs encontrarse (con)
- ir (a) vs irse (de)
- llevar vs llevarse bien/mal (con)
- meter vs meterse (con)
- parecer vs parecerse (a)
- acordarse (de)
- apropriarse (de)
- arrepentirse (de)
- atreverse (a)
- equivocarse
- esforzarse
- jactarse (de)
- quejarse (de)
- rebelarse
- suicidarse
UNA HISTORIA VERIDICA
Su nombre era Fleming, y era un granjero escocés pobre.
Un día, mientras intentaba ganarse la vida para su familia, oyó un lamento pidiendo ayuda que provenía de un pantano cercano.
Dejó caer sus herramientas y corrió al pantano. Allí, encontró hasta la cintura en el estiércol húmedo y negro a un muchacho aterrado, gritando y esforzándose por liberarse. El granjero Fleming salvó al muchacho de lo que podría ser una lenta y espantosa muerte.
Al día siguiente, llegó un carruaje elegante a la granja. Un noble, elegantemente vestido, salió y se presentó como el padre del muchacho al que el granjero Fleming había ayudado.
"Yo quiero recompensarlo", dijo el noble. "Usted salvó la vida de mi hijo".
"No, yo no puedo aceptar un pago por lo que hice", el granjero escocés contestó.
En ese momento, el hijo del granjero vino a la puerta de la cabaña. "¿Es su hijo?" el noble preguntó.
"Sí", el granjero contestó orgullosamente.
"Le propongo hacer un trato. Permítame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación que mi hijo disfrutará. Si el muchacho se parece a su padre, no dudo que crecerá hasta convertirse en el hombre del que nosotros dos estaremos orgullosos".
Y el granjero aceptó.
El hijo del granjero Fleming asistió a las mejores escuelas y, al tiempo, se graduó en la Escuela Médica del St. Mary's Hospital en Londres, y siguió hasta darse a conocer en el mundo como el renombrado Dr. Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.
Años después, el hijo del mismo noble que fue salvado del pantano estaba enfermo de pulmonía. ¿Qué salvo su vida esta vez? ..... La penicilina.
El nombre del noble? Sir Randolph Churchill. El nombre de su hijo?
Sir Winston Churchill. Alguien dijo una vez: Lo que va, regresa. Trabaja como si no necesitaras el dinero. Ama como si nunca hubieses sido herido. Baila como si nadie estuviera mirando.
Canta como si nadie escuchara. Vive como si fuera el Cielo en la Tierra.
Un día, mientras intentaba ganarse la vida para su familia, oyó un lamento pidiendo ayuda que provenía de un pantano cercano.
Dejó caer sus herramientas y corrió al pantano. Allí, encontró hasta la cintura en el estiércol húmedo y negro a un muchacho aterrado, gritando y esforzándose por liberarse. El granjero Fleming salvó al muchacho de lo que podría ser una lenta y espantosa muerte.
Al día siguiente, llegó un carruaje elegante a la granja. Un noble, elegantemente vestido, salió y se presentó como el padre del muchacho al que el granjero Fleming había ayudado.
"Yo quiero recompensarlo", dijo el noble. "Usted salvó la vida de mi hijo".
"No, yo no puedo aceptar un pago por lo que hice", el granjero escocés contestó.
En ese momento, el hijo del granjero vino a la puerta de la cabaña. "¿Es su hijo?" el noble preguntó.
"Sí", el granjero contestó orgullosamente.
"Le propongo hacer un trato. Permítame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación que mi hijo disfrutará. Si el muchacho se parece a su padre, no dudo que crecerá hasta convertirse en el hombre del que nosotros dos estaremos orgullosos".
Y el granjero aceptó.
El hijo del granjero Fleming asistió a las mejores escuelas y, al tiempo, se graduó en la Escuela Médica del St. Mary's Hospital en Londres, y siguió hasta darse a conocer en el mundo como el renombrado Dr. Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.
Años después, el hijo del mismo noble que fue salvado del pantano estaba enfermo de pulmonía. ¿Qué salvo su vida esta vez? ..... La penicilina.
El nombre del noble? Sir Randolph Churchill. El nombre de su hijo?
Sir Winston Churchill. Alguien dijo una vez: Lo que va, regresa. Trabaja como si no necesitaras el dinero. Ama como si nunca hubieses sido herido. Baila como si nadie estuviera mirando.
Canta como si nadie escuchara. Vive como si fuera el Cielo en la Tierra.
UN LUGAR DE ECOS
El mundo es un lugar de ecos si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos.
El amor no debería ser exigente; de lo contrario, pierde sus alas, no puede volar. Se enraíza en la tierra y se vuelve muy terrenal; entonces es lujuria y proporciona mucha desdicha y gran sufrimiento. El amor no debería ser condicional, no habría que esperar nada de él. Él mismo debería ser su razón de ser, no una recompensa o resultado. Repito, si tiene algún motivo ulterior, vuestro amor no puede convertirse en un cielo abierto. Se ve confinado a ese motivo; el motivo se convierte en su definición, en su límite. El amor sin motivo carece de limites: es puro júbilo, exuberancia, es la fragancia del corazón.
Y que no haya deseo de conseguir ningún resultado, no significa que estos no tengan lugar; acontecen, y multiplicados por mil, porque aquello que le damos al mundo, nos vuelve rebotado a nosotros. El mundo es un lugar de ecos: si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos. Pero ese es un fenómeno natural, no hace falta pensar en ello. Se puede confiar: acontece por su cuenta. Esta es la ley del karma: se recoge aquello que se siembra; lo que se da es lo que se recibe. Así que no hay, necesidad de pensar en ello, es algo automático. Odia, y te odiarán. Ama, y te amarán.
El amor no debería ser exigente; de lo contrario, pierde sus alas, no puede volar. Se enraíza en la tierra y se vuelve muy terrenal; entonces es lujuria y proporciona mucha desdicha y gran sufrimiento. El amor no debería ser condicional, no habría que esperar nada de él. Él mismo debería ser su razón de ser, no una recompensa o resultado. Repito, si tiene algún motivo ulterior, vuestro amor no puede convertirse en un cielo abierto. Se ve confinado a ese motivo; el motivo se convierte en su definición, en su límite. El amor sin motivo carece de limites: es puro júbilo, exuberancia, es la fragancia del corazón.
Y que no haya deseo de conseguir ningún resultado, no significa que estos no tengan lugar; acontecen, y multiplicados por mil, porque aquello que le damos al mundo, nos vuelve rebotado a nosotros. El mundo es un lugar de ecos: si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos. Pero ese es un fenómeno natural, no hace falta pensar en ello. Se puede confiar: acontece por su cuenta. Esta es la ley del karma: se recoge aquello que se siembra; lo que se da es lo que se recibe. Así que no hay, necesidad de pensar en ello, es algo automático. Odia, y te odiarán. Ama, y te amarán.
UN GANADOR
Cuando un ganador comete un error, dice: "Yo me equivoque" y aprende la lección.
Cuando un perdedor comete un error, dice: "No fue mi culpa" y se la hecha a otros.
Un ganador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros.
Un perdedor se siente una víctima ante la adversidad.
Un ganador sabe que el resultado de las cosas depende de él.
Un perdedor cree que la mala suerte sí existe.
Un ganador trabaja muy fuerte y se genera mas tiempo para sí mismo.
Un perdedor esta siempre "muy ocupado" y no tiene tiempo ni para los suyos.
Un ganador enfrenta los retos uno a uno.
Un perdedor le da vueltas y no se atreve a intentarlo.
Un ganador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no asegura nada y cuando falla solo se justifica.
Un ganador dice: "Yo soy bueno, pero voy a ser mejor".
Un perdedor dice: "Yo no soy tan malo como lo es mucha otra gente".
Un ganador escucha, comprende y responde.
Un perdedor solo espera hasta que le toque su turno para hablar.
Un ganador respeta a aquellos que saben más que él y trata de aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste con aquellos que saben mas que él y solo se fija en sus defectos.
Un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo solamente.
Un perdedor no se compromete y siempre dice, "Yo sólo hago mi trabajo"
Un ganador dice, "Debe haber una mejor forma de hacerlo..."
Un perdedor dice, "Esta es la manera en que siempre lo hemos hecho".
Un ganador es parte de la solución.
Un perdedor es parte del problema.
Un ganador se fija en "cómo se ve la pared en su totalidad".
Un perdedor se fija "en el ladrillo que le toca colocar".
Saludos, GANADOR!!!
Cuando un perdedor comete un error, dice: "No fue mi culpa" y se la hecha a otros.
Un ganador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros.
Un perdedor se siente una víctima ante la adversidad.
Un ganador sabe que el resultado de las cosas depende de él.
Un perdedor cree que la mala suerte sí existe.
Un ganador trabaja muy fuerte y se genera mas tiempo para sí mismo.
Un perdedor esta siempre "muy ocupado" y no tiene tiempo ni para los suyos.
Un ganador enfrenta los retos uno a uno.
Un perdedor le da vueltas y no se atreve a intentarlo.
Un ganador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no asegura nada y cuando falla solo se justifica.
Un ganador dice: "Yo soy bueno, pero voy a ser mejor".
Un perdedor dice: "Yo no soy tan malo como lo es mucha otra gente".
Un ganador escucha, comprende y responde.
Un perdedor solo espera hasta que le toque su turno para hablar.
Un ganador respeta a aquellos que saben más que él y trata de aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste con aquellos que saben mas que él y solo se fija en sus defectos.
Un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo solamente.
Un perdedor no se compromete y siempre dice, "Yo sólo hago mi trabajo"
Un ganador dice, "Debe haber una mejor forma de hacerlo..."
Un perdedor dice, "Esta es la manera en que siempre lo hemos hecho".
Un ganador es parte de la solución.
Un perdedor es parte del problema.
Un ganador se fija en "cómo se ve la pared en su totalidad".
Un perdedor se fija "en el ladrillo que le toca colocar".
Saludos, GANADOR!!!
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